{LosCuellar.com.mx 289} Alonso de Estrada

 

---------- Mensaje reenviado ----------
De: Gomez Garcia Alejandro Fecha: 18 de enero de 2010 15:56

 

Buenas tardes a todos compañeros,

Hace un tiempo que no escribo en este grupo, pero sigo recibiendo los correos y algunas veces le sigo la pista a algunos de ellos.

En esta ocasión, en el que se ha tocado el tema de la conexión de la realeza que ha muchos fascina de sobremanera, quisiera permitirme hacer algunos comentarios que pudieran (o no) ser de utilidad.

 

Con respecto al supuesto parentesco de don Alonso de Estrada, como hijo natural del rey don Fernando II de Aragón; me permitiré hacer referencia a la información que amablemente me fue proporcionada por Raúl Guerra, en la que se refuta totalmente la posibilidad de que Alonso fuera descendiente del rey Católico. El investigador José Esquivel, basado en las investigaciones de limpieza de sangre, realizadas a Jorge de Alvarado y Villafaña Estrada y Carvajal, bisnieto de don Alonso de Estrada, desmiente la tan sonada versión del linaje real de los Estrada. Según los testigos que comparecieron en dichas investigaciones, Alonso de Estrada era hijo de Juan Hernández Hidalgo y de madre desconocida, siendo los abuelos paternos Diego Hernández Hidalgo y María González de Estrada, vecinos todos de Ciudad Real, en lo que hoy es Castilla-La Mancha. Esta investigación fue publicada desde 1948 en la Revista de Indias (Año VIII, Julio-Diciembre, 1948, Nums. 33-34, pp. 1011-1026).

En resumen, Alonso de Estrada NO era hijo ni legítimo, ni natural, ni adoptivo ni de cariño del rey Fernando II. Sería incluso ilógico pensarlo, considerando que el rey tuvo varios hijos fuera del matrimonio los cuales fueron bien conocidos en las Cortes de Castilla y Aragón. Pienso que la difusión de estos rumores como HECHOS COMPROBADOS sólo contribuye a que las leyendas urbanas continúen manejándose en libros y sitios genealógicos y que las futuras generaciones sigan cayendo en un error informativo innecesario. Los invito a que de ahora en adelante, mencionemos los verdaderos padres de don Alonso, y así abriremos posibilidades para que en un futuro no muy lejano, algún investigador se interese en continuar la historia de esta línea genealógica.

 

El resto de muchas "líneas de la realeza" que se barajan en este y muchos otros foros genealógicos se encuentran también sin verificar y se deben más que nada a conexiones hipotéticas basadas en posibles relaciones por fechas, apellidos y lugares. Algunos ejemplos:

 

1. No existe prueba de que Juana Porcallo de Figueroa haya sido hija de Vasco Porcallo de Figueroa. Pudo ser su hija legítima, bastarda, indígena o mestiza a su servicio, sobrina, nieta o hermana, pero no lo sabemos. Tampoco sabemos si es el Vasco en cuestión fue el mismo conquistador de Cuba.
2. No existe prueba de la conexión de los Mendoza de México y los Hurtado de Mendoza. Seguramente lo fueron! Pero repito, no hay prueba.
3. Tampoco hay prueba que Alberto del Canto sea descendiente de la Casa Real de Inglaterra (como Antonio oportunamente señaló). En mi opinión personal, esta teoría es mucho menos probable y más imaginativa que las otras dos, pero se le da el beneficio de la duda a la hipótesis.

 

Y podemos mencionar muchas otras. No quiero decir con esto que nuestras posibilidades de compartir un poco de la "sangre azul" de estos personajes se reducen. De hecho, como dato, lo más probable es que casi todas nuestras líneas europeas lleguen a emparentar con algún rey, príncipe, infante o conde tarde o temprano. Si consideramos que para el periodo de los años 1400-1500, estaríamos hablando de nuestra generación número 20 (aproximadamente), para ese entonces tendríamos 1,048,576 ancestros viviendo para esa época (si omitimos el hecho de que algunas líneas se repiten). La población de España, incluyendo Portugal era de 5 millones, así que, si mis matemáticas no me fallan, más del 20% de la población total de la península en esos años serían antepasados de cada uno de nosotros.

La sugerencia es como siempre, no dejar de manejar teorías, hipótesis y suposiciones, que al fin y al cabo, le dan un toque interesante a la investigación; pero si queremos llamarnos realmente genealogistas, investigadores o historiadores, ya sea novatos, intermedios, avanzados, por hobby o por profesión, debemos hacer la diferencia y apegarnos a las reglas de la historia, haciendo SIEMPRE la mención que un hecho no está comprobado, cuando no lo está.

 

Saludos a todos.

Alejandro