Wednesday, June 2, 2010

{LosCuellar.com.mx 468} General Geronimo treviño




General José Jerónimo de los Dolores Treviño Leal (Cadereyta Jiménez, Nuevo León; 17 de noviembre de 1835 - Laredo, Texas; 13 de noviembre de 1914) fue un destacado militar mexicano que participó en la Guerra de Reforma y en la Segunda Intervención Francesa en México. Después de la caída del imperio de Maximiliano fue Gobernador del Estado de Nuevo León en varias ocasiones. Llegó a participar en los inicios de la Revolución Mexicana, pero cuando ocurrió el asesinato de Francisco I. Madero y la subida al poder de Victoriano Huerta, rechazó formar parte del movimiento Constitucionalista, partiendo al exilio, donde murió.
Nació en la Hacienda de Chihuahua (mejor conocida como "Chihuahuita")[1] , en el municipio de Cadereyta Jiménez, Nuevo León, el 17 de noviembre de 1835[2] , siendo el sexto de los siete hijos de Don Antonio Treviño y Pereyra y doña María Francisca Leal Leal, modestos rancheros que vivían del producto de la tierra.[3] Desde pequeño, Jerónimo se distinguió por su inteligencia y agilidad en los deportes, particularmente la equitación. Realizó sus estudios primarios en su natal Cadereyta, donde aprendió a leer y a escribir, al igual que algo de doctrina cristiana y aritmética, de acuerdo al método lancasteriano imperante en aquella época.[4] Después cursó la secundaria en el Seminario de Monterrey, pero tuvo que interrumpir sus estudios al estallar la Guerra de Reforma.
Fue entonces en ésa época que el joven Treviño encontró su verdadera vocación (la de las armas), al lado de hombres como Ignacio Zaragoza y Mariano Escobedo, con quienes combatió en la defensa de la Ciudadela de Monterrey en contra de las tropas del entonces gobernador de Tamaulipas, el general Juan José de la Garza, que tenía la intención de combatir al gobernador de Nuevo León Santiago Vidaurri. Inició su carrera militar como alférez en el primer cuerpo de Lanceros de San Luis el 15 de enero de 1858, después con los "Blusas" al mando del general Juan Zuazua y llegó a formar parte del Primer Cuerpo de Caballería del Norte, con el que llegaría a alcanzar el grado de capitán, por su participación en la lucha, el 25 de abril de 1859,[5] y al año siguiente fue nombrado Comanadante de Escuadrón.
En el lapso que transcurrió entre el movimiento de Reforma y la restauración de la República, se dedicó con pasión a la defensa de la Patria, al lado de estrategas militares como Santiago Vidaurri, Juan Zuazua, José Silvestre Aramberri y Julián Quiroga. Obtuvo sus ascensos militares y escaló en su carrera política. Participó en numerosas acciones militares de importancia, entre las que destacan: los combates de la Bufa, Carretas y Zacatecas, así como en San Luis Potosí, Atenquique, Ahualulco, San Juan de los Lagos, donde resultó herido, y en la propia Ciudad de México. Estando en Nuevo León, siguió apoyando a los liberales, aun cuando las diferencias entre el presidente Benito Juárez y el gobernador Vidaurri se tornaron irreconciliables.

Treviño llego a participar en los acontecimientos que surgieron en Nuevo León, cuando en esos momentos surgieron disputas entre el gobernador Vidaurri y los jefes liberales (Santos Degollado e Ignacio Zaragoza), poniéndose al lado de éstos en contra de Vidaurri, quienes lo depusieron y colocaron en el gobierno de Nuevo León al general José Silvestre Aramberri.

Durante la Intervención Francesa, Treviño peleó al lado de los republicanos, acentuándose su participación al lado de grandes figuras militares de Nuevo León, como Ruperto Martínez, Francisco Naranjo y Mariano Escobedo. Luchó en el Sitio de Puebla en 1863 a las órdenes de Escobedo, y luego en el Istmo de Tehuantepec, junto a Porfirio Díaz,[6] y en ése mismo año obtuvo el grado de Teniente Coronel.

Estando en Oaxaca en 1865, realizó una larguísima travesía a caballo de norte a sur, desde Oaxaca hasta Nuevo León para reunirse con Mariano Escobedo, siendo acompañado por otros militares, como el general Pedro Martínez. En 1866, cuando Nuevo León estaba en poder de los invasores, sucedieron importantes batallas en donde Treviño, quien había sido ascendido a Coronel de caballería, participó de manera sobresaliente, como la batalla de Santa Isabel, cerca de Parras, ocurrida el 1° de marzo de 1866, en la cual Treviño se hizo merecedor del ascenso a General de Brigada, y en la que logró más de 300 prisioneros.

Treviño también llegó a destacar en la gloriosa Batalla de Santa Gertrudis, en ése mismo 1866, en la que el ejército mexicano, al mando del general Escobedo, derrotó de manera indiscutible a las fuerzas imperialistas; la batalla de San Jacinto contra Miramón, y en el Sitio de Querétaro, en el que resultó herido, pero en el que se logró la captura del emperador Maximiliano.

Derrotados los franceses, Juárez encargó al general Treviño la comandancia militar de la plaza de México, misma que dejó en diciembre de 1867, cuando fue nombrado gobernador constitucional de Nuevo León, en reconocimiento por sus servicios. En octubre de 1869 fue reelegido, por lo que desempeñó el cargo durante dos períodos consecutivos. Durante esa etapa, cuando tenía que realizar asuntos militares o personales, Treviño fue cubierto en la gubernatura del Estado en varias ocasiones por diferentes personalidades como Lázaro Garza Ayala, Trinidad de la Garza Melo y el doctor José Eleuterio González.

Al frente del gobierno, se dice que el general Treviño se distinguió muy poco, aunque llegó a realizar acciones importantes; incluso se ha dicho que como estadista no fue un hombre de grandes aciertos, pues prefería los campos de batalla. De su administración sólo se recuerdan los reglamentos promulgados para el Hospital González, otorgó el perdón para quienes se habían involucrado contra el gobierno, las mejoras a la Guardia Nacional y el impulso que dio a la educación superior al concluir el edificio del Colegio Civil (septiembre de 1870), y además se creó la Escuela Normal de Profesores; esto en el momento en que solicitó licencia, siendo sustituido por "Gonzalitos". Como militar y en su carácter de gobernador, persiguió y derrotó a cabecillas que alteraban el orden, como Cenobio Díaz, Pedro Martínez y Ambrosio Ayarzagoitia.

Otras de las aportaciones de su gobierno fue el inicio de la construcción del camino carretero que cruza la Sierra Madre Oriental por la boca de Santa Rosa y comunica al sur del Estado. El 15 de agosto de 1870 se inició la comunicación telegráfica con la Capital de la República y algunas cabeceras municipales, como Cadereyta Jiménez, en octubre del mismo año. Además se dio apoyo a la industrialización, por ejemplo, la instalación de una fábrica de lienzos blancos que se autorizó en mayo de 1871, empresa que hasta la fecha, con dificultades, funciona en El Cercado, con el nombre de Textiles de Monterrey, filial de los Almacenes El Porvenir.

El 9 de diciembre de 1868, el rancho "El Puntiagudo" pasó a llamarse a lo que hoy conocemos como el municipio de General Treviño, en ése entonces en calidad de Villa; aparte también se crearon los municipios de General Escobedo, General Bravo y Juárez.
En virtud de que a finales de 1871 concluía el período de gobierno para el que fue electo, el 18 de marzo de ese año, Treviño lanzó un manifiesto indicando "la conveniencia de que no se trabajara por su reelección en el gobierno, pues de este modo, se traicionarían los principios democráticos y que era indispensable poner los ojos en hombres nuevos".[7]

 
Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de la Suprema Corte de Justicia, ocupó la presidencia de la República a la muerte de Benito Juárez. Otorgó una amnistía a los rebeldes que intentaron derrocar al presidente Juárez, con lo que el país estuvo en paz hasta 1876, cuando surgió la rebelión de Tuxtepec, lo que contribuyó a su renuncia y posterior salida del país.El 19 de septiembre de 1871, en medio de un ambiente de oposición, Treviño fue declarado nuevamente gobernador del Estado para el bienio 1871 - 1873. Sin embargo, no llegaría a tomar posesión del cargo, ya que ocho días después, el 27 de septiembre, publicó un manifiesto mediante el cual desconocía al presidente Benito Juárez —acusándolo de querer perpetuarse en la presidencia de la República— y se adhería al movimiento de la Noria acaudillado por Porfirio Díaz. Treviño salió entonces de Monterrey para combatir y el 4 de octubre dejó al licenciado Genaro Garza García como gobernador y comandante militar. Llegó a ser secundado por los generales Francisco Naranjo, Ignacio y Pedro Martínez, García de la Cadena, Donato Guerra, y el propio Díaz.

El problema que anima a los firmantes del "Plan de la Noria", se suscitó el 25 de junio de 1871, por las elecciones para presidente de la República, donde contendieron Juárez, Lerdo y Díaz. Los resultados en su opinión fueron fraudulentos.

Los inconformes al principio lograron avances, pero fueron derrotados por las fuerzas leales al gobierno al mando de los generales Sóstenes Rocha y Lázaro Garza Ayala, a quienes entregaron las armas y pactaron su retirada. Con esto, Treviño se retiró a su hacienda "La Babia", en Coahuila. Ante la actitud de los rebeldes, el presidente Juárez desconoció los Poderes y designó como Gobernador y Comandante Militar del Estado a Garza Ayala.

La rebelión estaba ya dominada cuando el 18 de julio de 1872 murió don Benito Juárez; le sucedió en el poder Sebastián Lerdo de Tejada, quien promulgó una amnistía para aquellos que se habían levantado en armas contra la administración juarista, y así Nuevo León recuperó la calma. Treviño incluso llegó a reconocer al gobierno de Lerdo de Tejada.
En enero de 1876 Porfirio Díaz se levantó nuevamente en armas enarbolando el Plan de Tuxtepec, con el que se oponía a la reelección de Lerdo de Tejada. Este movimiento fue de inmediato apoyado en Nuevo León por los generales Treviño y Francisco Naranjo, que llegaron a participar del lado porfirista en la célebre Batalla de Icamole contra los generales Carlos Fuero, Julián Quiroga y Juan E. Guerra. Se desató una enconada lucha y, aunque sufrieron varias derrotas, para noviembre los rebeldes habían ya vencido a las fuerzas leales al gobierno.

El 22 de noviembre de 1876, el general Díaz hizo su entrada triunfante a la Capital y accedió a la Presidencia de la República. En cuanto al general Treviño, quien era jefe de las fuerzas en el norte, recuperó posiciones como Saltillo y Monterrey.

Una vez restablecido el orden constitucional, tras el triunfo del Plan de Tuxtepec, Treviño fue elegido gobernador y tomó posesión el 12 de marzo de 1877; sin embargo, apenas había transcurrido un mes cuando el 16 de abril presentó su renuncia al cargo, sustituyéndolo el Licenciado Genaro Garza García.

Durante la rebelión de Tuxtepec Jerónimo Treviño había ascendido al grado de general de división y fue jefe de la División del Norte, cargo en el cual dedicó sus esfuerzos a pacificar la zona fronteriza en conjunto con las fuerzas del ejército norteamericano y estableciendo acuerdos de negocios con los Estados Unidos, hasta el 30 de noviembre de 1880, fecha en que se le designó Secretario de Guerra y Marina del gabinete del presidente Manuel González. Su lugar como jefe de la División del Norte fue ocupado por el general Francisco Naranjo, pero al poco tiempo después, Treviño renunció al cargo de Secretario y regresó a su antiguo puesto, colocando a Naranjo al frente de la Secretaría.

En marzo de 1883, el general Treviño recibió la visita del general Díaz y partió en una misión por Europa dos meses después de la entrevista, cuyo viaje duró más de nueve meses, lo que dio sospechas a la relación entre Díaz y Treviño, e incluso hacia el propio Naranjo, pues ambos eran de ideas liberales, lo que generaba cierta desconfianza de parte de Díaz hacia los dos generales. Por ello decidió retirarles todo mando de las tropas hasta el estallido de la Revolución.

El 25 de junio de 1884 Treviño se retiró de la milicia y se dedicó a la labranza de sus propiedades en Coahuila, así como a actividades industriales y ganaderas. Precisamente en Coahuila, organizó una compañía deslindadora de terrenos baldíos que le permitió apropiarse de inmensas superficies; se dice que llegó a poseer más de un millón de hectáreas. Contaba además con inversiones en las ramas minera y de fundición, en bancos, transportes y servicios complementarios. Asimismo, en 1887, Treviño, junto al señor John A. Robertson, participó en la empresa que construyó el ferrocarril de Monterrey al Golfo y la línea ramal a Piedras Negras, e intervino en el auge industrial de Monterrey al influir positivamente para que algunas compañías extranjeras invirtieran en Nuevo León.

Jerónimo Treviño contrajo matrimonio en tres ocasiones, quedando viudo de sus primeras dos esposas:

En 1867 se casó con Elena Barragán, hija del general y presidente de México Miguel Barragán,[8] con quien tuvo una hija llamada Ana; y sin embargo la señora Barragán falleció en Parras, Coahuila, el 19 de junio de 1875.

Cinco años después, Treviño contrajo segundas nupcias con Berta Augusta Ord, hija de un general norteamericano, el 20 de julio de 1880, con quien dio luz a un hijo al que llamaron Jerónimo como su padre, quien fue apadrinado por el general Díaz en una visita a Monterrey en 1883.[9] La señora Ord falleció el 10 de febrero de 1884, mientras su esposo estaba de viaje por Europa, quedando Treviño viudo por segunda ocasión.

En una visita a Monterrey, contrajo matrimonio por tercera y última ocasión con la señorita María Guadalupe Zambrano el 18 de abril de 1885, con quien no tuvo descendencia.


Al caer el régimen de Díaz, Treviño se reincorporó al ejército el 25 de septiembre de 1911, como Jefe de la III Zona Militar, cargo que al año siguiente entregó al general José María Mier.

 
Venustiano Carranza se alzó en armas en contra de Victoriano Huerta, y en ése momento quiso que el general Jerónimo Treviño formara parte del Ejército Constitucionalista, pero Treviño rechazó la oferta, debido a su edad (tenía 77 años).El 22 de febrero de 1913, el día en que fueron asesinados Madero y Pino Suárez, Treviño volvió a hacerse cargo de la gubernatura de Nuevo León de manera interina durante un mes (del 22 de febrero al 24 de marzo de 1913), reemplazando al Lic. Viviano L. Villarreal, quien a su vez fue reemplazado por el Lic. Salomé Botello.

Al poco tiempo después del asesinato de Madero y de la subida al poder de Victoriano Huerta, el gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza, lanzó el Plan de Guadalupe con el que desconocía la autoridad del general Huerta. Para ese momento Carranza tenía contemplado al veterano general Treviño para que se uniera al Ejército Constitucionalista, por lo que le envió una oferta, proponiéndole la jefatura del movimiento revolucionario; sin embargo, Treviño, debido a su avanzada edad, terminó por declinar la oferta.

Jerónimo Treviño, que en cierto momento pudo haber significado una real competencia para el presidente Porfirio Díaz, perdió a dos de sus esposas y observó inerte la epopeya de la revolución maderista. Padeció, sin poder hacer nada, la amenaza del reparto de tierras y, ante sus propias limitaciones, emigró hacia la frontera. Murió en Laredo, Texas el 13 de noviembre de 1914, pocos días antes de cumplir los 79 años. Sus restos fueron regresados a Monterrey, donde se le rindieron honores dignos de un jefe revolucionario.


El 9 de diciembre de 1868, el rancho el Puntiagudo se erigió en Villa pasándose a llamar General Treviño, en honor al entonces Gobernador Jerónimo Treviño.

El 4 de octubre de 1877, bajo el gobierno de Genaro Garza García, el general Jerónimo Treviño fue declarado Benemérito del Estado de Nuevo León por sus servicios prestados al Estado tanto en lo militar como en lo político, y además por:

Su apoyo a la educación primaria, la cual decía debía ser obligatoria para niños y niñas, desde los 6 hasta los 14 años.
Por la creación de una escuela por cada cárcel donde hubiera diez presos o más.
Disponer que la Tesorería del Estado pagara la alimentación de los estudiantes internos del Colegio Civil, la expedición de un Reglamento Interior para el mismo y la terminación de su edificio en el lugar donde hasta hoy se encuentran las Preparatorias 1 y 3 de la UANL.
La expedición de un Reglamento para el Hospital Civil, hoy Hospital Universitario.
La introducción en la entidad del servicio de telégrafos para comunicar las principales ciudades.
Por el impulso que dio a la industria y el comercio local en diferéntes órdenes.

Notas y referencias 
1.↑ SAN MIGUEL Flores, Rafael, "Crónicas revolucionarias: un soldado norteño". Periódico Metro del 14 de diciembre de 1988, P. 12. Antes de que se diera a conocer el trabajo citado, la mayoría de las fuentes manejan su nacimiento en Hacienda La Escondida, del mismo municipio.
2.↑ El 1 de noviembre de 1879, el gobernador Don Viviano L. Villarreal mandó un telegrama al Presidente Municipal Don Ignacio Leal, en el que le dijo: "Sírvase informarse en qué año y qué día del mes nació el Sr. Gral. Gerónimo Treviño, comunicándomelo por esta vía". El alcalde, para cumplir los deseos del Gobernador, se entrevistó con Doña Ma. Juana Treviño, hermana mayor del General y casada con el comandante Don Manuel Ortega recabando los datos requeridos y enviados por el mismo conducto al Jefe del Ejecutivo. La contestación decía: "Sr. Gral. Treviño nació el día 17 de noviembre de 1835. Y se bautizó el día 22 del mismo".Datos inéditos del general Jerónimo Treviño
3.↑ SALDAÑA, José P., "Biografía de Jerónimo Treviño". Obras relativas a Cadereyta Jiménez, N.L. Tomo II: Biografías, VILLARREAL A. Carlos, Monterrey, 2001. P, 251
4.↑ Rangel Frías (1967), p. 32
5.↑ CAVAZOS Garza, Israel, Diccionario Biográfico de Nuevo León. IV Centenario de la Fundación de Monterrey, Grafo Print Editores, 1996, P. 508
6.↑ ÍDEM Op. cit. P. 509
7.↑ COSSÍO, David Alberto, Historia de Nuevo León. Evolución política y social. Obras Completas, Tomo VII, H. Congreso del Estado, 2000. Compilación de Adalberto A. Madero Quiroga. P, 235.
8.↑ SALDAÑA, José P. Op. cit. P, 255
9.↑ IDEM Op. cit. P, 255
 

Bibliografía 
AUTORES VARIOS. Los Gobernantes de Nuevo León, historia (1579 - 1989). México, D.F: J.R. FORTSON y CÍA., S.A. de C.V. Editores, 1990.
FRANCO SÁENZ, Héctor. Los Beneméritos de Nuevo León. Monterrey, N.L.: H. Congreso del Estado, mayo de 2003, 1a edición.
RANGEL FRÍAS, Raúl. Gerónimo Treviño. Héroes y epígonos. Monterrey, N.L., 1967.
ROEL, Santiago. Nuevo León. Apuntes Históricos. Monterrey, N.L.: Ediciones Castillo, 28 de agosto de 1980.
 
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Benicio Samuel Sanchez
Email: samuelsanchez@genealogia.org.mx
Website:  http://www.Genealogia.org.mx
Cell Phone (81) 1667-2480

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Por medio de la historia familiar descubrimos el árbol más hermoso de la creación: nuestro árbol genealógico. Sus numerosas raíces se remontan a la historia y sus ramas se extienden a través de la eternidad. La historia familiar es la expresión extensiva del amor eterno; nace de la abnegación y provee la oportunidad de asegurarse para siempre una unidad familiar".
(Élder J. Richard Clarke, Liahona julio de 1989, pág.69)

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