Un famoso mapa otomano nos acerca a las fuentes      utilizadas por el propio cómo éste visualizó sus descubrimientos.
           
          MAPA DE PIRI REIS
          
           
           
          MAPA DE COLÓN
     
          (señala Guanaaní)
               
     En 1501 un almirante de la armada otomana, cuyo nombre era Kemal Reís,      capturó siete buques españoles frente a la costa de España, cerca de      Valencia. Entre las novedades que encontró a bordo había un extraño tocado      de plumas y una piedra negra rara. Uno de los prisioneros le dijo que ambas      cosas venían de tierras recién descubiertas en el oeste, más allá del Mar de      Tinieblas. El prisionero declaró haber visitado esas tierras tres veces,      bajo el mando de un hombre llamado Colón y lo que era aun más importante,      tenía en su posesión una carta de navegación trazada por el mismo Colón que      mostraba las nuevas tierras descubiertas.
     Esta probablemente no era la primera vez que Kemal Reís había escuchado      hablar del descubrimiento de Cristóbal Colón. El había navegado el      Mediterráneo por años, en sus comienzos como corsario. En 1490 había acudido      en auxilio de Granada, que sufría el asedio de Fernando e Isabel, pero fue      poco lo que pudo hacer para aliviar la crisis de esa ciudad. En 1500 había      ganado una importante victoria sobre los venecianos en el Mediterráneo      Oriental, capturando las plazas fuertes de Lepanto, Colón y Modón.      Seguramente había oído hablar de Colón en los primeros meses del regreso de      Colón de su primer viaje, ya sea a través de los prisioneros de guerra o por      sus contactos en las colonias genovesas y venecianas del Mediterráneo      Oriental.
     Entre 1492 y 1501, cuando Colón hacía sus primeros tres viajes, el sultán      otomano Bayazid II estaba ocupado en todos los frentes. Los sudaneses de      Egipto seguían siendo una amenaza muy grande para los otomanos en las      fronteras de Anatolia. El movimiento safawiya, que pronto daría nacimiento a      la poderosa dinastía Safavida de Irán, estaba ganando poder entre las tribus      turco-otomanas de las fronteras orientales de Bayazid, y aún en la propia      Anatolia. En Europa, la victoria otomana en la guerra contra Venecia había      resultado en una poderosa presencia otomana en lo que es ahora Yugoslavia,      en las fronteras con la república veneciana. También se habían ganado      victorias importantes en Austria y aunque los otomanos fueron derrotados el      mismo año en que Colón descubrió América, no iba a pasar mucho tiempo antes      de que más del territorio austriaco pasara a poder de los turcos. Convencido      de la necesidad de tener una poderosa armada moderna, Bayazid inauguró      astilleros en Galípolis y en el Adriático y nombró almirantes a hombres como      Kemal Reís, que tenían amplia experiencia en las aguas del Mediterráneo.      Para los observadores europeos, parecía ser que en cualquier momento los      turcos estarían a las puertas en la avanzada.
           
           
          
           
          
     La preocupación de las cortes europeas ante el ascenso de los      turcos-otomanos en el Este, explica en parte su relativa falta de interés en      los descubrimientos de Colón en el Oeste especialmente desde que nadie,      inclusive el propio Colón, sabía a ciencia cierta qué era lo que se había      descubierto. Bayazid, sin embargo, estaba muy interesado en mapas y en la      geografía, probablemente debido a razones políticas y prácticas: la enorme      extensión del imperio otomano significaba que los mapas buenos eran vitales      para los objetivos militares. Sabemos que Bayazid poseía una magnífica copia      árabe de Ptolomeo, que aún se encuentra en la Biblioteca del Palacio Topkapi      un mapa en gran escala de los Balcanes, probablemente de origen europeo, y      muchas otras cartas de navegación y mapas importantes.
          
     Los descubrimientos de Colón en el Atlántico, sin embargo, estaban muy      alejados de los intereses otomanos, quienes observaban con inquietud las      actividades de los portugueses. Vasco de Gama encontró el camino al Océano      Indico al navegar alrededor de África en 1497, y en poco tiempo los      portugueses controlaban virtualmente las rutas comerciales a las Islas de      las Especias que habían estado bajo control musulmán por siglos. Estas eran      las mismas islas que Colón creyó haber encontrado al navegar hacia el      occidente: los portugueses lograron llegar a ellas por el lado opuesto. Ante      esta situación, sin embargo, los otomanos no pudieron reaccionar, pero los      sudaneses de Egipto, a través de cuyos puertos se había conducido      tradicionalmente el lucrativo comercio de las especias, enviaron una flota      al Océano Indico bajo el mando de un almirante llamado Husayn después que      los portugueses hundieron 17 buques mercantes árabes en un puerto de la      India. En 1508, Husayn ganó una batalla naval contra los portugueses al      hundir la nave del almirantazgo. Los portugueses respondieron al año      siguiente, y los sudaneses fortificaron Yedda, usándola como base de      operaciones navales en el Mar Rojo y en el Océano Indico. Pero esta      situación cambió notablemente cuando los otomanos, bajo Selim el Torvo,      sucesor de Bayazid, conquistó Egipto en 1517 y puso fin al gobierno sudanés.      La seguridad de los embarques musulmanes desde las costas árabes y en el      Océano Indico pasó a ser la responsabilidad de los otomanos.
           
          
           
           
          
Bajo estos antecedentes, se confeccionó el famoso mapa mundial de Piri Reís.      Piri Reis era sobrino de Kemal, él había navegado con su tío desde que era      niño. En su Kitab-i Bahriye, conmemora emocionalmente a su tío, de quien      había aprendido tantas cosas:
          
Buen amigo, quiero que
Nos recuerdes en tus plegarias,
Y que recuerdes a Kemal Reis, nuestro maestro,     
¡Que su alma essté en paz!
El tenia conocimiento perfecto de los mares      
Y conocía la ciencia de la navegación. 
Conocía innumerables mares;
Nadie podía detenerle…
Juntos navegamos el Mediterráneo
Y vimos todas sus grandes ciudades.
Fuimos a las islas francas
Y derrotamos los infieles..
 Un día llegó una orden
Del sultán Bayazid.     
"Que Kemal Reis venga a mí", decía,
"Y que me asesore en las cuestiones del mar. "      
Así en 1495, en el año de su mandato, 
Regresamos a nuestro país.
Bajo el mando del sultán nos lanzamos      
Yganamos muchas victorias...
Kemal Reis zarpó con la esperanza de regresar,     
Pero se perdió en el mar.
Todo el mundo alguna vez habló de él
Pero ahora hasta su nombre se ha olvidado….
El ángel de ls muerte se lo llevó,
Cuando estaba al servicio del sultán Bayazid
Que Allah dé paz a quienes
 Recuerden a Kemal Reis con una plegaria.     
Kemal murió y pasó al otro mundo
Y nos encontramos solitarios en éste.
     
 
          
Kemal Reis pasó al otro mundo en 1511, habiendo confiado aparentemente a su      sobrino Piri la preciosa carta naviera capturada en el buque español. Piri      Reis, desde la época de su niñez, había llevado notas sobre los puertos que      tocaban, las posiciones de la brújula, los arrecifes, los bajos y las rocas      ocultas, y para ese entonces ya era todo un cartógrafo consumado. Como      prueba de su pericia quedan los 125 o más mapas en gran escala del Kitab-i      Bahriye, "El Libro de la Armada".
          
Piri Reis pasó los dos años siguientes en Galípolis trazando un mapa del      mundo. Aunque Bayazid murió en 1512, es probable que este proyecto contara      con el apoyo del sultán, o que por lo menos fuera conocido en círculos      oficiales. Esto puede deducirse del hecho de que Piri utilizó 20 mapas      originales; es posible que hubiera coleccionado algunos de estos      personalmente, ya sea por captura o compra, pero es probable también que los      oficiales del sultán le proporcionaran cartas marinas portuguesas al día.
           
           
          
           
          
En una de las inscripciones del mismo mapa, Piri Reis cita estas fuentes y      nos dice cómo las utilizó:
          
"Nadie que se encuentre con vida ha visto un mapa como éste. Lo he compuesto      y confeccionado en base a veinte mapas mapamundis ; éstos son los mapas que      se compusieron en tiempos de Alejandro de Dos Cuernos, y que muestran la      parte habitada de la tierra. Los árabes llaman a estos mapas jáfariya.
He utilizado ocho mapas jáfariya, un mapa árabe de la India y cuatro mapas      portugueses recientes -estos mapas muestran el mar de Sind, de la India y de      la China de acuerdo con principios matemáticos- y también un mapa de las      regiones occidentales trazado por Colón. Llegué a la forma final reduciendo      todos estos mapas a la misma escala. Por lo tanto, el mapa actual es tan      exacto para los Siete Mares como son los mapas de nuestros propios países      que utilizan los marinos".
          
En otra nota nos da la fecha y el autor del mapa:      
      
          "Este mapa fue trazado por Piri Ibn Hajji Muhammad, conocido como el sobrino de Kemal Reis, en el mes      de Muharram del año 919 (marzo-abril de 1513]: Los mapamundis, o mapas del      mundo, que Piri Reis dice que se "trazaron en tiempos de Alejandro de Dos      Cuernos, como se conocía a Alejandro el Magno en el mundo musulmán, eran      mapas basados en Ptolomeo. (Los autores árabes confundían a Claudius      Ptolomeus, astrónomo y geógrafo, que vivió en el segundo siglo, con Ptolomeo      I, amigo de Alejandro y gobernante de Egipto, quien murió en el tercer siglo      antes de Cristo.) Es obvio, sin embargo, al contemplar el mapa de Piri Reis,      que los mapamundis que utilizó como fuente para el Atlántico occidental eran      europeos, como lo indica la ilustración de la Isla de San Brendano. La      leyenda de Piri debajo de la encantadora ilustración de dos hombres      encendiendo un fuego sobre el lomo de un pez dice: Se dice que hace mucho      un sacerdote llamado San Vulrandan (San Brendano) navegó los siete mares. Se      dice que se encontró este pez y que, tomándolo por tierra seca, encendió un      fuego sobre su lomo. Cuando el lomo del pez se calentó, éste se sumergió en      el agua. Las personas escaparon en su bote al barco. Los portugueses no      mencionan estos acontecimientos; se tomaron de viejos mapamundis."
          
Esta no es la primera vez que se encuentra en un contexto oriental el relato      de marineros que confunden un pez gigante con islas y encienden fuego en sus      lomos. Al-Jahiz cuenta la misma historia en su Libro de los Animales,      escrito en el siglo noveno aparece en la traducción árabe de la Vida de      Alejandro y en Las Mil y Una Noches. Pero es fascinante ver una referencia a      San Brendano en un contexto turco. También dice algo interesante acerca de      por lo menos uno de los mapas en que se basó Piri Reis. Los mapamundi      ptolemaicos no contenían ilustraciones de islas legendarias -o en este caso,      una ilustración de un episodio de un viaje legendario- pues provenían de      círculos cultos. Esas ilustraciones se encontraban en las cartas que usaban      los marinos con fines prácticos. Piri Reis debe haber tenido por lo menos      una de estas cartas de marinos europeos, probablemente mostrando las costas      de España, África del Norte y las islas atlánticas. Es posible que se      pareciera mucho al mapa de Grazioso Benincasa, que tiene fecha de 1473 y      muestra dos grandes islas imaginarias, Antilla y Satanazes aunque      desafortunadamente no muestra un pez gigante. 
          
Varias leyendas en el mapa de Piri Reis parecen indicar el origen genovés de      uno o más de los mapas en que se basó el compilador. La leyenda que acompaña      a las Azores, por ejemplo, dice: 
      
          "Un buque genovés que zarpó de Flandes fue      llevado por una tormenta a estas islas, y así se las llegó a conocer." Según      lo que se sabe, las Azores fueron vistas por primera vez alrededor de 1420      por un buque portugués, no uno genovés. Sin embargo no hay que descartar la      posibilidad de un descubrimiento anterior por parte de los genoveses, aunque      el conocimiento de este hallazgo habría estado limitado a círculos      genoveses.
          
La leyenda de las Islas de Cabo Verde parece reforzar la idea pues dice:      
      
          "Los genoveses llaman al capitán de esta carabela Messer Anton, pero él se      crió en Portugal. Un día su carabela se vio envuelta en una tormenta y fue      arrastrada a estas islas. Allí él encontró mucho jengibre y fue el primero      en describir estas islas." 
      
          A bordo del buque portugués que descubrió las      Islas de Cabo Verde en 1456 había un genovés al servicio de los portugueses      que se llamaba Antoniotto Usodamare. Las islas del archipiélago no fueron      exploradas completamente hasta 1460, cuando otro genovés, Antonio da Noli,      fue nombrado gobernador de la isla de Santiago. Como el capitán de Piri      habla de un descubrimiento aleatorio, el Messer Anton de su mapa original      era probablemente Antoniotto Usodamare, el primero de estos dos Antonios      genoveses asociados con las islas. Nuevamente, esto indica un origen genovés      para la carta que estaba copiando Piri: el orgullo local explicaría porqué      se mencionó como descubridor al capitán genovés y no al veneciano que fue el      más importante.
          
La mención del jengibre en las Islas de Cabo Verde también es importante. El      jengibre no crece en estas islas, pero es posible que sí crezca la      asarabacca, un sustituto del jengibre. En el siglo XV era creencia muy      difundida que las especias valiosas crecían en todas partes a lo largo del      ecuador; Colón estaba "descubriendo" constantemente las especias del viejo      mundo en las Indias occidentales donde en realidad no existían. La      declaración de que el jengibre crecía en las Islas de Cabo Verde suena muy      "como de Colon", y es posible que el origen de esta nota se remontara      directamente al mismo Colón.
          
Las asociaciones con Génova son particularmente interesantes en vista del      propio origen genovés de Colón. Cuando se descubrió el mapa de Piri Reís en      el Museo del Palacio Topkapt en 1929, fue naturalmente la larga inscripción      referida a Colón lo que despertó sumo interés. Paul Kahle, el primer erudito      que escribió sobre el mapa, sugirió que la parte caribeña del mismo se      basaba en un mapa trazado por el propio Colón, tal como lo afirma Piri Reís.      De ser así, el mapa turco es la única prueba que tenemos de la manera en que      Colón visualizaba sus propios descubrimientos.
          
Esto es lo que Piri Reís nos dice en una larga leyenda que se encuentra en      el mismo mapa:
"Estas costas se llaman las costas de las Antillas. Fueron descubiertas en el      año 896 de la era musulmana [1490 Dc]. Se ha referido que un genovés llamado      Colón fue el primero en descubrir estos territorios. Se dice que llegó a sus      manos un libro que afirmaba que al final del Mar Occidental, en su lado      occidental, había costas e islas y clases diferentes de metales y gemas      preciosas. Este hombre, habiendo estudiado detenidamente el libro, explicó      estas cosas una por una a los grandes hombres de Génova y dijo: "¡Dadme dos      buques y yo iré y encontraré estas regiones!" "¡Oh, hombre insensato!";      dijeron ellos, "en el oeste no puede encontrarse nada más que el fin y el      límite del mundo! Está lleno de tinieblas." El susodicho Colón vio que no      iba a conseguir ayuda de los genoveses y fue al rey de España y le contó su      relato en gran detalle. El rey le dio la misma respuesta que los genoveses.      Finalmente, después de que Colón hubiera insistido tanto, el rey le dio dos      buques, equipándolos bien, y dijo: "Oh Colón, si lo que dices es verdad, te      haré almirante de aquel país." Habiendo dicho esto, el rey envió a este      Colón al Mar Occidental."
El difunto victorioso Kemal [Reís] tenía un esclavo español. Este esclavo      dijo que había ido tres veces a esas tierras con Colón. El dijo: "Primero      navegamos a través del Estrecho de Gibraltar, después recorrimos en línea      recta 640 kilómetros, navegando un curso medio entre el oeste y el sudoeste      en el Mar Occidental. Entonces vimos una isla delante nuestro y las olas se      aquietaron y el mar se calmó. La estrella polar...gradualmente se fue      velando y por último se tornó invisible." Dijo también que las estrellas en      aquella región no están dispuestas como lo están aquí, sino que tienen una      posición diferente.
          Anclaron en la isla que habían visto frente a ellos. Los habitantes de esta      isla se acercaron, tirándoles flechas y no les dejaron desembarcar y obtener      información. Los hombres y mujeres disparaban flechas, cuyas puntas estaban      hechas de espinas de peces. Toda la población anda desnuda. Cuando vieron      que no podían desembarcar en la isla, navegaron al otro lado, donde vieron      un bote. Cuando les vio, el bote huyó y la gente corrió a esconderse en el      interior. Ellos tomaron el bote y vieron que estaba lleno de carne humana.      La gente de aquella nación iba de isla en isla cazando hombres y      comiéndolos.
El susodicho Colón vio otra isla, a la que se acercaron y vieron que estaba      cubierta por grandes víboras. No desembarcaron en esta isla, pero se      mantuvieron anclados por diecisiete días. Los habitantes de esta isla vieron      que no les atacaban desde el barco, y entonces pescaron peces y los llevaron      en sus pequeñas canoas. Los españoles se mostraron complacidos y les dieron      cuentas de vidrio. Parece que Colón había leído en un libro que las cuentas      de vidrio eran valiosas en esa región. Cuando ellos vieron las cuentas,      trajeron aun más pescados y los españoles les dieron más cuentas.
Un día vieron oro en el brazo de una mujer; lo tomaron y le dieron cuentas.      Le dijeron que trajera más oro y dijeron que le darían más cuentas. Los      nativos fueron y trajeron más oro. Parece que en sus montañas había minas de      oro. 
Otro día vieron a alguien con perlas. Cuando le dieron cuentas de vidrio por      éstas, les trajeron más perlas. Las perlas se encontraban en la costa de      esta isla, en un lugar a una o dos brazas de profundidad. Cargaron sus      barcos con palo brasil y tomaron dos nativos con ellos y regresaron en un      año al rey de España. El dicho Colón, no sabiendo el idioma de estas gentes,      comerciaba con ellos por signos. 
Después de este viaje, el rey de España envió sacerdotes y cebada. Los      españoles enseñaron a los nativos cómo sembrar y cosechar y los convirtieron      a su religión. Los nativos no tenían ninguna religión. Andaban desnudos y se      acostaban como los animales. 
Ahora estas regiones han estado abiertas para todos y se han hecho famosas.      Los nombres que marcan los lugares en las islas y las costas fueron dados      por Colón, para que estos lugares puedan ser conocidos por ellos. Colón era      también un gran astrónomo. Las costas y las islas en este mapa han sido      tomados del mapa de Colón. "
Este breve relato está lleno de interesantes variaciones de lo que sabemos      de los primeros tres viajes de Colón. El primer párrafo, que se basa en una      fuente que no es el cautivo español de Kemal Reis, da el nombre de Antilla a      la costa continental de América. Antilla estaba marcada en las cartas      medievales; era una isla legendaria hacia el oeste, a la que habían llegado      siete obispos, aparentemente huyendo de la supuesta invasión árabe de      España, con sus rebaños y donde fundaron siete ciudades florecientes. Se 1a      encuentra marcada prominentemente en el globo de Martin Behaim de 1492 y en      la carta de Toscanelli se da su distancia de España. El nombre mismo podría      ser una corrupción de la transliteración árabe de "Atlántida", cuya historia      había llegado a Europa en las traducciones del Timeo de Platón. Aunque Colón      menciona frecuentemente la Antilla, es obvio al leer sus diarios que en su      tercer viaje, cuando finalmente llegó al territorio continental, pensó que      había encontrado una provincia de la China.
          
El error concerniente al año del descubrimiento tal vez no sea demasiado      importante; otros escritores contemporáneos también se equivocaron, y Piri      Reis, en el Kitab-i Bahriye posteriormente lo "corrigió" a ¡1465!     
          
La forma del nombre de Colón, que es escribe Kolonbo en la escritura      árabe-turca, vuelve a revelar una fuente italiana. El nombre del descubridor      de América es "Cristóbal Colón" en español, "Cristováo Colom" en portugués,      pero "Colombo" sólo en italiano.
          
El libro que "llegó a" manos de Colón era probablemente el Imago Mundi de      Pierre d'Ailly. Esta obra medieval tardía, impresa en Louvain, en lo que es      actualmente Bélgica, en tres volúmenes entre 1480 y 1482, era la lectura de      cabecera favorita de Colón. Su propio ejemplar, cuyos márgenes están llenos      de anotaciones de su propia mano, sobrevive en la Biblioteca Colombina,      fundada por su hijo Hernando, en Sevilla. Una sola cita del Imago Mundi      demostrará porqué enardeció la imaginación de Colón: "El fin de España y el      comienzo de la India no están muy lejos sino cerca, y es obvio que este mar      es navegable en pocos días con viento favorable".
          
Colón estaba absolutamente convencido, en base a los relatos que había      escuchado, a sus amplias e indiscriminadas lecturas y a sus propios cálculos      matemáticos muy erróneos, que Asia yacía a sólo unos 3900 kilómetros al      oeste de España.
          
Colón pasó años en negociaciones frustrantes con los monarcas portugueses y      españoles; su hermano Bartolomeo trazó el plan ante los reyes ingleses      Enrique VII y Enrique VIII, así como ante Francisco I de Francia. Lo que no      se conoce tanto son las tentativas de Colón por ganar el apoyo de los      genoveses. Esto lo menciona Peter Martyr en su valiosa obra Décadas, en base      a entrevistas con Colón y otros navegantes de aquellas primeras épocas.      Después de todo, en estos mismos momentos, los banqueros genoveses estaban      financiando el cultivo del azúcar en las islas atlánticas y sus agentes      estaban bien establecidos en Sevilla, la ciudad desde donde se habían      orquestado los primeros viajes. Era natural que Colón se acercara a sus      conciudadanos, pero no se conocen bien las alternativas de estas tratativas;      la mención de esto aquí -junto con la ausencia de toda referencia a sus      negociaciones con los portugueses- vuelve a intimar una fuente genovesa.
          
La entrevista con el rey de España, con la referencia al otorgamiento a      Colón del título de almirante, es un hecho desde ya confirmado, aunque no de      la manera simplista con que se lo relata aquí. Es raro que se mencionen      solamente dos buques; tal vez porque la pequeña Niña, de sólo 50 toneladas,      no resultara digna de mención.
          
La estimación de la distancia entre España y el Nuevo Mundo -6400      kilómetros- según el cautivo español de Kemal Reís, es mucho más cercana a      la verdadera distancia que el cálculo del propio Colón, que variaba entre      2500 y 3800 kilómetros. Colón llevaba dos libros, uno con la verdadera      distancia navegada cada día - hasta donde se la podía estimar -y otro con      distancias más cortas para que la tripulación no se diera cuenta de lo lejos      que habían navegado y quisiera volverse atrás. Ambas cifras son      considerablemente menores de los 6400 kilómetros mencionados aquí.
          
En el primer viaje de Colón no encontraron caníbales, aunque los indios      arawak de Española y de Cuba relataron muchas veces a Colón las incursiones      de los indios caribe que eran caníbales. Colón al principio no hizo caso a      estos cuentos: "Y es así que repito lo que he dicho en otras ocasiones...      los caniba (caribes; de aquí la palabra caníbal) son nada menos que la gente      del Gran Khan, quien debe estar muy cerca de aquí y, poseer barcos, y deben      venir a tomarlos cautivos, y como los prisioneros no regresan, creen que se      los han comido".Fue recién en el segundo viaje, en 1493, cuando Colón llegó      a Dominicana y a Guadalupe, que se encontraron los caníbales.
          
La isla "cubierta de grandes víboras"     es más bien misteriosa. Colón estaba      muy interesado en las víboras, y en el diario de su primer viaje anotó      detalladamente su presencia, no por razones herpetológicas, sino porque      creía que donde había víboras, había oro. Esta creencia era respaldada por      la autoridad del gran Plinio. Aunque las fuentes que conocemos mencionan      víboras -e iguanas, un alimento favorito de los indios- en varias islas,      inclusive Española, ninguna isla es mencionada específicamente como llena de      víboras. El trueque de cuentas de vidrio se había dado por años en la costa      de Guinea, donde había estado Colón. El no necesitaba leer en un libro      acerca de "cuentas para los nativos".
          
Los españoles no sólo comerciaban cuentas por oro, sino trozos de loza rota,      puntas metálicas de lazos de botas y trocitos de correas de cuero. Es verdad      que los indios estaban dispuestos a cambiar su oro por estos bienes      exóticos.
Las perlas se encontraron en el tercer viaje, frente a la costa de      Venezuela, pero en grandes cantidades fueron encontradas no por Colón sino      por Alonso de Ojeda y Pedro Alonso Niño en una expedición independiente en      1499. Todos los que navegaban con Colón podían haberse enterado de esto, y      del palo brasil, que se utilizaba para hacer tinturas.
          
El segundo viaje de 1494 se caracterizó por sacerdotes y trigo más que      cebada. Una y otra vez en su diario del primer viaje, Colón afirma que los      indios "no tenían credo" y serían fácilmente cristianizados. Su desnudez era      indicio de que habitaban un paraíso terrenal, inocentes de la Caída.
          
Para la época en que Piri Reis trazó el mapa de estas costas en 1513, en la      lejana Galípolis, era verdad que "estas regiones han sido abiertas a todos",      si por "todos" entendemos "todos los españoles" Es igualmente posible que      Piri Reis entienda esta frase en el sentido de "conocidas por todos".
          
El mapa de Piri Reis tiene cuarenta y dos inscripciones de nombres de      lugares de las islas y costas del Nuevo Mundo. Todas menos tres son      transcripciones de nombres dados por los españoles o los portugueses, con la      rara excepción de un nombre de lugar italiano undizi vir-gini, dialecto      italiano que quiere decir "Once vírgenes", que vienen a ser las Islas      Vírgenes de nuestros días. El nombre correcto, dado por Colón en su segundo      viaje en l493, fue "Las Once Mil Vírgenes" en base a la leyenda de Santa      Ursula y las Once Mil Vírgenes. La palabra "mil" se había eliminado y, lo      que es bastante raro, se describen doce islas pequeñas. Paul Kahle pensó que      este único nombre italiano se remontaba al mismo Colón, lo cual es posible,      aunque sólo se conocen dos anotaciones en italiano de mano de Colón, ambas      llenas de errores. Aun cuando escribía a los banqueros de Génova, Colón se      valía del español, y todos los nombres que dio a sus descubrimientos están      en dicho idioma. Es posible que este nombre, junto con las otras referencias      a descubrimientos genoveses en otras leyendas, se remonte a una carta marina      genovesa.
          
Algunos de estos nombres son fácilmente identificables lzle de Spanya es      obviamente Española, la moderna Haití, República Dominicana. La forma, sin      embargo, reproduce la de "Cipangu" -Japón- en el Globo de Behaim de 1492, en      vez de la verdadera forma de la isla. Esto constituye evidenciado la famosa      carta que Colón llevó consigo en su primer viaje, donde se muestra la      ubicación de islas en el Atlántico occidental. Aquí está el asiento, anotado      en su libro de navegación el 25 de septiembre de 1492: "El almirante habló      con Martín Alonso Pinzón, capitán de la otra carabela, la Pinta, con      respecto a una carta marina que le había enviado a su carabela tres días      antes y en la cual, según parece, el almirante había ilustrado ciertas islas      como estando en ese mar". Es posible que Colón marcara al principio sus      descubrimientos en una carta marina preexistente, y esto explicaría la      retención de la forma convencional de la Española. Los otros dos nombres de      lugares ocurren en la Izle de Spanya; al-jazira, que es simplemente la      palabra árabe para " la isla", y Paksin Vidada, casi con certeza Puerto      Navidad.
          
Dos nombres inmediatamente al norte de la Izle de Spanya pueden haber venido      también de la carta marina original que llevaba Colón en su viaje. Es una      palabra que puede transcribirse como istunasid, que puede encubrir la isla      imaginaria de Satanazares marcada en el mapa de Benincasa, y cerca de ella,      Ile Verte, la mítica "Isla Verde' marcada en tantos mapas medievales y      renacentistas. La variación en las dos transcripciones utilizadas por Piri      Reis para isla izle e ile seguramente reflejan las palabras originales      española (isla) y portuguesa (ilha), respectivamente.
          
Otro nombre que es transparente es Sancuvano Batisdo, San Juan Bautista,      actualmente Puerto Rico. Frente a esta isla, en lo que parece ser tierra      firme, hay un nombre de lugar puramente árabe Qalat Faridat, "Fuerte Perla      Preciosá : En las fuentes no hay ninguna referencia de este lugar.
          
El nombre de lugar Sancuvano Batisdo también se aplica a otra isla, en las      Antillas Menores al oeste de Vadluq, que es obviamente Santa María de      Guadalupe. Esto apoya el argumento de que Piri Reis tenía más de una carta      marina del Caribe; la repetición del nombre del lugar y de ciertas      características costeras probablemente resultó de su intento de hacer      coincidir dos mapas diferentes.
          
La cadena de islas de las Antillas Menores, descubierta en el segundo viaje,      está bien dibujada y la mayoría de los nombres concuerdan con los nombres      dados por Colón.
          
La prueba de que la fuente de la sección caribeña del mapa de Piri Reis era      un mapa trazado por Colón es la ausencia de Cuba. Colón estaba convencido de      que la isla de Cuba era parte del territorio continental asiático. El envió      a su intérprete árabe, Luis de Torres, al interior de Cuba con una carta      real de credenciales dirigida al Gran Khan. El fracaso de su misión      diplomática no tuvo efecto alguno sobre la obsesión de Colón, y forzó a sus      tripulaciones a firmar una declaración al efecto de que creían que Cuba era      territorio asiático, bajo pena de cortarles las lenguas. Es por eso que Cuba      no figura en el mapa de Piri Reis. El punto triangular indentado en la parte      "tierra firmé" al oeste de la Izle de Spanya representa a Cuba o para Colón,      al imperio del mongol Khan.
          
Nadie que mire la sección sur del mapa de Piri beis podrá dejar de admirar      la exactitud de la costa sudamericana. Esto es algo que Piri sacó de las      cartas marinas portuguesas, como lo indican los nombres de lugares. Una      leyenda explica:
Un buque portugués de camino a la India se encontró con un viento contrario      que soplaba desde la costa. El viento lo alejó de la costa... Después de ser      desviado hacia el sur por la tormenta, avistaron una costa frente a ellos.      Se acercaron ...y vieron que había buenos anclajes, y entonces bajaron el      ancla y fueron a la costa en botes... Estuvieron allí ocho días, haciendo      trueque con la gente mediante signos...La antedicha barca regresó a Portugal      sin ir a la India, y presentó una relación. Se enviaron ocho carabelas.      Describieron estas costas en detalle y todo esto se ha copiado de ellos.
     
Esto se refiere al descubrimiento accidental del Brasil por Pedro Alvares      Cabral en 1500, camino a la India. Como aclara Piri Reis en su Kitab-i      Bahriye, el secreto de dar la vuelta al Cabo de Buena Esperanza, en el      extremo sur de África, consistió en encaminarse primero hacia el sudoeste      para recoger los vientos que los impulsarían alrededor del Cabo. Al hacer      esto, Cabral descubrió el Brasil y pasó varios días anclado. Contrario a lo      que afirma Piri, Cabral siguió con rumbo a la India, pero envió un barco de      vuelta a Portugal con noticias del descubrimiento. El rey envió una      expedición a Brasil al año siguiente, comandada por Gonsalvo Coelho,      asistido por el ubicuo navegante italiano Américo Vespucio. Algunos de los      nombres de lugares a lo largo de esta costa parecen remontarse a los que dio      Vespucio. Otros son más misteriosos. Sanu Saniyru debe ser Río de Janeiro,      pero ¿qué es Qatinu? ¿Es Cananea, el punto más meridional al que llegó      Vespucio? ¿Y cómo se explican los cuatro nombres al sur Izle Matus, Ila de      Dasane, Ila de Viyola e Ila de Sara?.
          
Ila de Sara tiene una leyenda: "Estas islas están deshabitadas, pero abundan      las especias". Esto, las islas innombradas de la cercanía y la estilizada      costa indentada, parecen repetir los rasgos caribeños. Nuevamente cabe      sospechar que se ha cometido un error al tratar de reconciliar varias cartas      marinas divergentes. En la parte continental hay una inscripción que dice:      "En este país se encuentran criaturas de cabello blanco como ésta, así como      ganado de seis cuernos". Los portugueses habían escrito esto en sus mapas :      ¿Qué es el ganado de seis cuernos?
          
La última leyenda para el sur, aparentemente describiendo la costa      triangular indentada que tanto se parece a la "Cuba" de la parte caribeña      del mapa, dice: "No hay rastros de cultivos en este país. Todo es desolado,      y se dice que hay aquí grandes víboras. Por esta razón los portugueses no      desembarcaron en estas costas, que se dice que son muy calientes"' Sea lo      que hayan querido decir, ¡no era la Patagonia!
 
          Llaman al país Antilya. 
Escucha y te hablaré de él.      
Déjame explicarte cómo 
Llegó a descubrirse esa tierra. 
Había un astrónomo en Génova      
Cuyo nombre era Kolon.
Un libro raro sin duda de la época 
de Alejandro.
Llegó a sus manos.
Todo lo que se sabe sobre navegación      
Se había recopilado y escrito en ese libro. 
Finalmente el libro llegó a la tierra de      
los francos
Pero éstos no podían entenderlo. 
Kolon lo encontró y lo leyó;     
Después se lo llevó al rey de España. 
Cuando le explicó su significado al rey,      
El rey le dio barcos.
Mi amigo, usando ese libro 
Kolon navegó hasta Antilya.     
Continuó explorando esas tierras; 
De modo que ahora se las conoce bien.      
Su mapa también ha llegado a nuestras 
manos...
Alejandro viajó una vez      
Por todos estos mares 
Anotó todo lo que vio 
Y todo lo que escuchó. Hasta que hubo      
recopilado y escrito
Todos los conocimientos de los mares. 
Se sabe que este libro
Se guardó en Egipto.
Más tarde los francos llegaron a Egipto      
en grandes números 
Y conquistaron el país
Amr ibn al-As después conquistó Egipto.     
¡Ve ahora lo que hizo esa gente! 
Cuando vieron que Egipto iba a ser      
conquistada,
Los líderes del país huyeron. 
Se fueron a la tierra de los francos,      
Cruzando al otro lado del mar. 
Y el libro que mencionara
Que había sobrevivido desde la época      
de Alejandro
Se lo llevaron con ellas en la huida. 
Llegaron y conquistaron
muchas tierras.      
Hicieron traducir ese libro 
Totalmente en su propio idioma. 
Si quieres saber la verdad,
Te diré quién lo tradujo:
Fue un hombre llamado Bortolmye.     
Dicen que éste hizo la traducción
 
          En el Kitab-i Bahriye, Piri Reis da más detalles de "Antilya" y de su mapa.      Era un mapa mundial y representaba el Océano Indico y el Mar de la China así      como el Atlántico, y el Kitab-i Bahriye está lleno de fascinante información      sobre la irrupción portuguesa en el Océano Indico. Desgraciadamente, estas      partes del mapa se han perdido. Es posible que debamos la preservación de la      parte del Atlántico al hecho de que el Imperio Otomano no tenía intereses      militares en el Atlántico. Es posible que las partes orientales del mapa      hayan sido tomadas para utilizarlas como cartas marinas, y que nunca se las      haya devuelto.
          
El Kitab-i Bahriye se escribió en 1521. El grueso del libro es una guía muy      exacta y detallada de las islas y costas del Mediterráneo, tal vez la obra      más detallada sobre el tema hasta los tiempos modernos; la introducción en      verso se ocupa de cosas como cartografía, navegación y geografía general. El      libro fue presentado al sultán Suleimán el Magnífico en 1526, y han      sobrevivido 29 manuscritos de dos versiones.
          
Al final de la introducción, Piri nuevamente toma el tema de "antilla"      Curiosamente, el nombre de "Colón" se encuentra aquí en su forma española      como Kolon. Aunque se dan algunos detalles nuevos, el tono general del      relato se acerca mucho al de las leyendas del mapa de 1535.
          
Aquí nuevamente tenemos el relato de un libro antiguo que condujo a Colón a      su descubrimiento. Pero ahora se lo identifica con la Geografia de Ptolomeo,      y como siempre se identifica a Claudius Ptolemeus con el amigo y sucesor de      Alejandro. Esta extraña versión de la transmisión de un texto clásico, que      en realidad llegó primero a "los francos" a través de versiones del árabe,      encierra una cierta justicia poética. Pues fue en verdad la subestimación de      la circunferencia de la tierra por parte de Ptolomeo lo que llevó a Colón a      cruzar el Mar de Tinieblas.
 
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